"Hoy les ha nacido en la Ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor." Lucas 2:11
Todos los seres humano anhelamos un héroe, un guía espiritual, un maestro; un salvador que nos rescate de nuestros problemas, preocupaciones, sufrimientos y nos indique el camino correcto. Somos humanos perdidos viviendo un vida material en un sistema satánico que esclaviza por el dominio de nuestra naturaleza carnal sobre nuestra mente, manteniendo el espíritu muerto o enfocado en una espiritualidad oscura.
Muchas veces tomamos decisiones incorrectas y hacemos cosas que nos alejan espiritualmente del Padre Celestial. Como dos niños jugando y nadando en un río, comienzan a alejarse de la orilla y es difícil regresar, esos niños no se pueden salvar así mismos, entonces gritan pidiendo ayuda. Su padre los oyó y corrió hacia el río para rescatarlos. Él los salvó, lo cual era algo que no podían hacer por sí mismos. Él lo hizo porque los ama y no quiere que se pierdan.
Nuestro Padre Celestial mandó a Su Hijo Jesucristo para que nos salvara. Jesucristo sufrió por nuestros pecados para que pudiéramos arrepentirnos y regresar a salvo a nuestro hogar y vivir con el Padre Celestial. El Salvador hizo algo que no podíamos hacer por nosotros mismos; estaba dispuesto a hacerlo porque nos ama.
No puedes salvarte a ti mismo de las llamas que nunca se apagan, no puedes ser tu propio dios, porque no eres un dios, eres un humano lleno de pecados. Necesitas que alguien te perdone todos tus pecados, te muestre la luz y el camino hacia la vida eterna. Solo el Dios verdadero Jesucristo puede perdonarte y salvarte, llevarte al puerto seguro de la eternidad en su presencia luminosa. Pero tu rechazo constante, por incredulidad y orgullo arrogante te aleja cada día mas de su mano salvadora. Hasta cuando vas a superar tu necia incredulidad, cuanto tiempo vas a vivir en la oscuridad de tu naturaleza carnal, hasta cuando vas a dejar que el pecado te esclavice, cuando seras un ser humano libre, cuando nacerás de nuevo no de carne sino de espíritu, es tiempo de la redención, es tiempo de ser libre en Cristo Jesús.
En el corazón de todos los humanos, existe un anhelo inexpresable por buscar alguien a quien seguir, para tomar su ejemplo que inspire a mejorar la vida y encontrar la felicidad. Ese anhelo lleva a idolatrar un sin numero de personas, objetos o acciones que lejos de satisfacer ese deseo pueden hundirlos mas o desviarlos en oscuridad o materialismo, porque esa búsqueda inexpresable es la búsqueda de Dios pero por motivos característicos de cada personalidad se conforman con cosas que en esos momentos parecían llenar el vacío. Solamente Dios puede llenar ese anhelo y todos los vacíos del cuerpo, alma y espíritu. Tales anhelos son implantados en el corazón del hombre por un Creador misericordioso, y es su designio que estos anhelos lo conduzcan hacia Aquel que es el único capaz de satisfacerlos. Esa plenitud se encuentra en Jesús el Cristo, el Hijo del Padre Celestial Eterno.
“Que todo aquel que ve al Hijo y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.” (Juan 6:38, 40.)
“Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien porque lo soy.
“Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.” (Juan 13:1314.)
Si quieres conocer a Jesús como maestro debes conocer sus enseñanzas. No se puede ser seguidor de Jesús sin aplicar lo que Él nos enseña. El mismo que nos salvó, liberó y sanó es quien quiere ser nuestro maestro. Jesús quería formar un grupo de personas para que aprendieran más de la Palabra de Dios y de cómo aplicarla en sus vidas, a ellos los llamó discípulos. El Señor enseñó usando el contexto de las personas, por eso sus enseñanzas fueron tan relevantes para el que las escuchaba. La disciplina era fundamental en la vida de los discípulos, debido a que era necesario el orden para poder aprender. La disciplina es lo que los diferenciaba del resto de seguidores de Jesús.
El Señor sabe que tenemos necesidad de buscar comida, bebida y vestido pero nos puso prioridades. Primero se busca el reino de Dios para que todo lo demás venga como añadiduras. Él es empático con nosotros, sabe lo que necesitamos, sus enseñanzas son aplicables en la vida cotidiana y eso las hace relevantes en cualquier época. Lo que Jesús enseña hace funcionar el reino de Dios.La obediencia a sus instrucciones es lo que va a desatar la manifestación de su poder sobre nosotros.
La Biblia nos enseña que hay un solo Dios, pero Él existe como Padre, Hijo y Espíritu Santo. El Señor Jesucristo, la segunda Persona de la Trinidad, es Quien creó este mundo y el universo.
Dios quiere que cada persona conozca acerca de Su Hijo quién es Él y lo que hizo. Por esta razón Dios nos ha dado cuatro libros acerca de la vida de Su Hijo. Estos libros en la Biblia se llaman los Evangelios, y llevan los nombres de los cuatro hombres a quienes Dios escogió para escribirlo, Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
Uno de los nombres del Señor Jesucristo que se usa en el libro de Juan es "el Verbo". El Señor Jesús es la Palabra viviente de Dios; la Biblia es la Palabra escrita de Dios. Él es el mensaje viviente de Dios para los hombres. En el Evangelio de San Juan leemos,
En el principio era el Verbo (el Señor Jesús), y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas… (Juan 1:1-3).
Por estos versículos podemos ver que el Señor Jesús es Dios. Él no tuvo principio. Él nunca fue creado. Él es Dios, y todas las cosas fueron creadas por Él. Pero llegó el tiempo cuando "aquel VERBO fue hecho carne…" es decir, Dios se hizo hombre y vivió entre los hombres. La Biblia dice:
Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad (Juan 1:14).
Tienes un Salvador su nombre es Cristo Jesús, es momento de acudir a El, para obtener la salvación, el perdón, paz, fe, esperanza, llenar todos tus vacíos y disfrutar la vida eterna en la presencia de único Dios verdadero.