viernes, 30 de abril de 2021

¿TENEMOS UN SALVADOR?

 "Hoy les ha nacido en la Ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor." Lucas 2:11

Todos los seres humano anhelamos un héroe, un guía espiritual, un maestro; un salvador que nos rescate de nuestros problemas, preocupaciones, sufrimientos y nos indique el camino correcto. Somos humanos perdidos viviendo  un vida material en un sistema satánico que esclaviza por el dominio de nuestra naturaleza carnal sobre nuestra mente, manteniendo el espíritu muerto o enfocado en una espiritualidad oscura.

Muchas veces tomamos decisiones incorrectas y hacemos cosas que nos alejan espiritualmente del Padre Celestial. Como dos niños jugando y nadando en un río, comienzan a alejarse de la orilla y es difícil regresar, esos niños no se pueden salvar así mismos, entonces gritan pidiendo ayuda. Su padre los oyó y corrió hacia el río para rescatarlos. Él los salvó, lo cual era algo que no podían hacer por sí mismos. Él lo hizo porque los ama y no quiere que se pierdan.

Nuestro Padre Celestial mandó a Su Hijo Jesucristo para que nos salvara. Jesucristo sufrió por nuestros pecados para que pudiéramos arrepentirnos y regresar a salvo a nuestro hogar y vivir con el Padre Celestial. El Salvador hizo algo que no podíamos hacer por nosotros mismos; estaba dispuesto a hacerlo porque nos ama.

No puedes salvarte a ti mismo de las llamas que nunca se apagan, no puedes ser tu propio dios, porque no eres un dios, eres un humano lleno de pecados. Necesitas que alguien te perdone todos tus pecados, te muestre la luz y el camino hacia la vida eterna. Solo el Dios verdadero Jesucristo puede perdonarte y salvarte, llevarte al puerto seguro de la eternidad en su presencia luminosa. Pero tu rechazo constante, por incredulidad y orgullo arrogante te aleja cada día mas de su mano salvadora. Hasta cuando vas a superar tu necia incredulidad, cuanto tiempo vas a vivir en la oscuridad de tu naturaleza carnal, hasta cuando vas a dejar que el pecado te esclavice, cuando seras un ser humano libre, cuando nacerás de nuevo no de carne sino de espíritu, es tiempo de la redención, es tiempo de ser libre en Cristo Jesús.

En el corazón de todos los humanos, existe un anhelo inexpresable por buscar alguien a quien seguir, para tomar su ejemplo que inspire a mejorar la vida y encontrar la felicidad. Ese anhelo lleva a idolatrar un sin numero de personas, objetos o acciones  que lejos de satisfacer ese deseo pueden hundirlos mas o desviarlos en oscuridad o materialismo, porque esa búsqueda inexpresable es la búsqueda de Dios pero por motivos característicos de cada personalidad se conforman con cosas que en esos momentos parecían llenar el vacío. Solamente Dios puede llenar ese anhelo y todos los vacíos del cuerpo, alma y espíritu. Tales anhelos son implantados en el corazón del hombre por un Creador misericordioso, y es su designio que estos anhelos lo conduzcan hacia Aquel que es el único capaz de satisfacerlos. Esa plenitud se encuentra en Jesús el Cristo, el Hijo del Padre Celestial Eterno.

“Que todo aquel que ve al Hijo y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.” (Juan 6:38, 40.)
“Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien porque lo soy.
“Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.” (Juan 13:1314.)

Si quieres conocer a Jesús como maestro debes conocer sus enseñanzas. No se puede ser seguidor de Jesús sin aplicar lo que Él nos enseña. El mismo que nos salvó, liberó y sanó es quien quiere ser nuestro maestro. Jesús quería formar un grupo de personas para que aprendieran más de la Palabra de Dios y de cómo aplicarla en sus vidas, a ellos los llamó discípulos. El Señor enseñó usando el contexto de las personas, por eso sus enseñanzas fueron tan relevantes para el que las escuchaba. La disciplina era fundamental en la vida de los discípulos, debido a que era necesario el orden para poder aprender. La disciplina es lo que los diferenciaba del resto de seguidores de Jesús.

El Señor sabe que tenemos necesidad de buscar comida, bebida y vestido pero nos puso prioridades. Primero se busca el reino de Dios para que todo lo demás venga como añadiduras. Él es empático con nosotros, sabe lo que necesitamos, sus enseñanzas son aplicables en la vida cotidiana y eso las hace relevantes en cualquier época. Lo que Jesús enseña hace funcionar el reino de Dios.La obediencia a sus instrucciones es lo que va a desatar la manifestación de su poder sobre nosotros.
La Biblia nos enseña que hay un solo Dios, pero Él existe como Padre, Hijo y Espíritu Santo. El Señor Jesucristo, la segunda Persona de la Trinidad, es Quien creó este mundo y el universo.

Dios quiere que cada persona conozca acerca de Su Hijo quién es Él y lo que hizo. Por esta razón Dios nos ha dado cuatro libros acerca de la vida de Su Hijo. Estos libros en la Biblia se llaman los Evangelios, y llevan los nombres de los cuatro hombres a quienes Dios escogió para escribirlo, Mateo, Marcos, Lucas y Juan.

Uno de los nombres del Señor Jesucristo que se usa en el libro de Juan es "el Verbo". El Señor Jesús es la Palabra viviente de Dios; la Biblia es la Palabra escrita de Dios. Él es el mensaje viviente de Dios para los hombres. En el Evangelio de San Juan leemos,

En el principio era el Verbo (el Señor Jesús), y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas… (Juan 1:1-3).

Por estos versículos podemos ver que el Señor Jesús es Dios. Él no tuvo principio. Él nunca fue creado. Él es Dios, y todas las cosas fueron creadas por Él. Pero llegó el tiempo cuando "aquel VERBO fue hecho carne…" es decir, Dios se hizo hombre y vivió entre los hombres. La Biblia dice:

Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad (Juan 1:14).

Tienes un Salvador su nombre es Cristo Jesús, es momento de acudir a El, para  obtener la salvación, el perdón, paz, fe, esperanza, llenar todos tus vacíos y disfrutar la vida eterna en la presencia de único Dios verdadero.





¿ESTAMOS EN GUERRA ESPIRITUAL?

Efesios 6:10-12 declara, “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”.

Este pasaje nos enseña que sólo podemos estar fuertes en el poder del Señor. Es la armadura de Dios la que nos protege porque nuestra batalla es contra las fuerzas espirituales de maldad en el mundo.

Como seres espirituales tenemos una batalla diaria que librar en la mente y lo físico. Los problemas y las tentaciones se presentan todos los días. Pensamientos de pereza, vanidad, ambición, lujuria o violencia son los más comunes en nuestras mentes vulnerables y es cuando la batalla espiritual comienza. No tienen que ser necesariamente grandes dificultades económicas, amorosas, de salud, o enfrentamientos paranormales con los demonios para que obliguen a las personas a perder su moral, virtudes y entregarse al pecado como la única salida que pueden ver. La batalla puede ser tan sutil como la constante inconformidad por la vida cotidiana. Aunque muchas personas pueden vivir esto, lo común es que la batalla se desenvuelva en la mente.

Los principados, potestades, gobernadores de las tinieblas y huestes de maldad son espíritus malignos, por lo tanto trabajan en el plano espiritual, un lugar que esta más allá de la materia y la razón, en lo más sutil y etéreo. Ahí donde se puede viajar a la velocidad del pensamiento, no estamos presentes en él de manera consciente, pero podemos acceder una vez que dejamos esta vida, nuestra alma y espíritu proviene de ese plano. Se puede llegar por medio de prácticas prohibidas como el viaje astral o rituales de sangre pero siempre te conectaran con espíritus malvados por lo tanto no se deben realizar. La mente es el mundo de las ideas; las virtudes y sentimientos positivos es lo que esta más cerca del plano espiritual, sin embargo lo que realmente te acerca es la fe en Cristo ya que EL es el Señor de los Espíritus y gobierna todos los misterios de la existencia.

Los espíritus malignos se encuentran viviendo en ese plano todo el tiempo. Son inmortales, ya que no tienen un cuerpo perecedero, por lo tanto centran toda su atención en observar la vida cotidiana de las personas y saben todo acerca de ellas. Cuando las personas están en sintonía con la oscuridad más que la luz, los espíritus malignos se sienten más atraídos. Son los pecados que esclavizan a las personas a través de sus incesantes deseos lo que llama su atención, el aferrarse a los pecados, porque dan placer o comodidad, nos hace más vulnerables a recibir influencias de dichos espíritus malignos.

La batalla espiritual comienza con ataques en nuestra mente, diversos pensamientos negativos se pueden formar a lo largo de nuestra vida por nuestra naturaleza pecaminosa es decir nuestra tendencia a hacer el mal, es entonces cuando los espíritus malignos que llevan años observándonos alentaran esos pensamientos y acciones que llevan a diversos pecados, el objetivo es llevar tu alma al lado oscuro, destruir tu fe en Dios y estancarte en tus placeres. La guerra espiritual puede empezar con sentimientos de odio y venganza los cuales no quieres parar y pueden terminar en homicidio, pensamientos de lujuria que terminan en infidelidad, sentimientos de inutilidad, desanimo y pereza que terminan en inactividad, crisis de ansiedad que terminan en insomnio. Sin embargo los espíritus malignos necesitan emociones negativas para poder influenciar la mente y corazón, por lo tanto lo mejor es no mantenerse mucho tiempo en esas emociones. Ellos también trabajan en lo legal le das derecho de influenciar tu vida cuando vives en pecado, vives de robar, mentir, adulterar, fornicar, matar, hechicería, o lo mas común idolatrar algún ser de madera, papel, metal, etc., o realizaste algún ritual oscuro estas prácticas intensifican la influencia de los espíritus malignos y tristemente algunas de estas que viven de practicar esto han alejado tanto su mente y corazón de Dios que ya se entregaron a la oscuridad. Por lo tanto es necesario eliminar toda práctica oscura de nuestra vida y arrepentirnos de nuestros pecados dejando de ejercerlos.

Satanás y sus huestes pueden atacar con una arremetida súbita o extrema de problemas, pérdidas, y pruebas, a las cuales no le ves solución y tomas un mal camino, sus esbirros pueden incrementar el desaliento y la depresión en la que vives y no quieres salir para que termine en un suicidio. Las huestes demoniacas pueden incrementar tus pensamientos de que la vida no tiene sentido ni esperanza y los problemas y luchas pueden parecer avasalladores.

Satanás ataca robando nuestra tenacidad por las cosas de Dios y perturba nuestra vida de oración. Oprimiendo nuestra mente y trayendo sobre nosotros una frustración extrema. Ataca trayendo confusión respecto a nuestra dirección o rumbo espiritual. Abrumando nuestra mente con diversos pensamientos con el fin de robarnos nuestra paz y causar fatiga física y mental.

Los espíritus malignos también atacan trayendo un sentido de urgencia para que desistamos de la tarea que estamos realizando y causando que el creyente dude del rumbo o dirección que está siguiendo la cual anteriormente había sido muy clara.



Un ejemplo sería el siguiente si una persona está pensando en dejar la lujuria y evitar la pornografía, centrando su atención en amar a una sola mujer. Entonces se encontrara con muchas dificultades, bastantes pensamientos lujuriosos y negativos vendrán a su mente. "Esta será la última vez que vea pornografía", "solo un poquito más", "mañana empiezo" " no existe el amor", "el placer es mejor", "las mujeres no valen la pena", "todas son rameras", etc.

La batalla se libra en la mente y muchas veces se pierde cuando gana el pecado, el error, el defecto o como quieras llamarlo. A veces los seres humanos están tan hundidos en sus pecados que mantienen una unión directa con los espíritus malignos, que los animan e incitan a hacer actos cada vez más aberrantes. Pero estos son casos especiales, la mayoría de los humanos funcionan dentro los límites de la sociedad, en cierta oscuridad y materialismo, solo algunos se pierden en las profundidades de Satanás.

Es necesario tener conciencia de que existe el plano espiritual y los espíritus malignos que habitan en el, para poder entender esta guerra. Cada ser humano libra una en cada día de sus vidas y lamentablemente muchos pierden porque rechazan a Cristo o no lo conocen.

Sin embargo existe una salida para ganar las batallas espirituales, no todas se ganan, cada día traerá una nueva, pero lo importante es estar preparado. Todos somos seres espirituales y mientras estamos más cerca de Dios las batallas serán más fáciles de ganar con las virtudes de Cristo, o podrían ser más intensas si la misión es muy elevada, pero Dios nunca nos deja desprotegidos. El, es un Padre Celestial amoroso y misericordioso que nos ayuda en todo momento.

Cristo es nuestro ejemplo para resistir la guerra espiritual. Jesús manejó los ataques directos de Satanás cuando fue tentado en el desierto. Cada tentación se combatió con las palabras "Escrito está". La Palabra del Dios vivo es el arma más poderosa contra las tentaciones del diablo.

El nombre de Jesús no es un encantamiento mágico que hace que los demonios huyan de delante de nosotros, es la fe verdadera en El, conocerlo, amarlo, respetarlo, tener una relación espiritual es lo que le da un gran poder al pronunciar su nombre para defendernos de ataques demoníacos. Así como también la oración no tiene poder si no existe una fe sincera, solamente son palabras que se las lleva el viento. Fortalecer nuestra fe de tal manera que no exista la duda y oraciones claras, eso se fortalece con la lectura diaria de la Biblia.

Dios nos ha provisto de una armadura divina para luchar cada batalla espiritual.

Efesios 6:13-18 "Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos"

Debemos comprender lo que esas piezas de la armadura espiritual representan para nosotros en la guerra espiritual. Conocer la verdad, creerla y declararla, descansando en el hecho de que somos declarados justos por el sacrificio que Cristo hizo por nosotros. Procl
amar el Evangelio, sin importar cuánta resistencia recibamos, con una fe firme, confiando en las promesas de Dios no importa cuán fuertemente nos ataquen, nos ignoren, insulten o tomen por locos. No importan las opiniones y pensamientos de los incrédulos, lo más importante es lo que Dios piensa de nosotros. Nuestra máxima defensa es la seguridad que tenemos de nuestra salvación, una garantía que ninguna fuerza espiritual puede quitar. Nuestra arma ofensiva es la Palabra de Dios, no nuestras propias opiniones y sentimientos. Orando siempre en el poder y la voluntad del Espíritu Santo.

Cuando empezamos a hablar con el diablo, corremos el riesgo de ser llevados por mal camino como lo hizo Eva. Nuestro enfoque debe estar en Dios, no en los demonios; hablamos con Él, no con ellos. Incluso el Arcángel Miguel no reprendió a Satanás en su propio poder, sino que dijo: "¡El Señor te reprenda!"

Por ello debemos confiar en el poder soberano de nuestro Dios en todo momento y lugar, sobre todo en las circunstancias más duras y adversas. No entregarnos al miedo y la confusión es parte de la exigencia, donde debe prevalecer el entendimiento con fe y el conocimiento de la palabra de Dios con relación a los espíritus y su naturaleza. Solo así podremos tener oportunidad para enfrentarnos a los terrores de la noche, y soportar con esperanza las injusticias de los corruptos sobre la tierra.