jueves, 24 de junio de 2021

LUJURIA Y FORNICACION

"La noche está muy avanzada, y el día está cerca. Por tanto, desechemos las obras de las tinieblas y vistámonos con las armas de la luz. Andemos decentemente, como de día, no en orgías y borracheras, no en promiscuidad sexual y lujurias, no en pleitos y envidias; antes bien, vestíos del Señor Jesucristo, y no penséis en proveer para las lujurias de la carne."
Romanos 13:12-14


La lujuria y fornicación son los pecados que más daño emocional y espiritual hace al ser humano.
La palabra “fornicación” es parte de un grupo selecto de cinco palabras que juntas aparecen cincuenta y cinco veces en el Nuevo Testamento. La palabra se refiere a una variedad de actos físicos sexuales entre dos personas que no están casados legítimamente.
Se ha puesto de moda el ejercicio de la sexualidad como si de un juego placentero se tratara y las consecuencias son muy nocivas. Los medios de comunicación lo presentan, muchas veces, como un modo de divertirse y como una forma de realización personal.


La Sagrada Escritura, que da sentido común y humanidad nos puede enseñar mucho, dice:
"Huid de la fornicación. Todos los demás pecados que un hombre comete están fuera del cuerpo, pero el fornicario peca contra su propio cuerpo."
1 Corintios 6:18


Pensar que todo es válido y que no tenemos consecuencias por nuestros actos, es signo de necedad y si no utilizamos la sabiduría espiritual se camina por un precipicio mortal. Es difícil aceptar el pecado en nuestra vida y con mucha superficialidad se niega lo evidente y se aplaude aquello que está desintegrando ciertas formas de vida que lesionan profundamente las virtudes y espiritualidad de las personas.
La Palabra de Dios muestra la verdad, por mucho que se la quiera contradecir se vuelve contra uno mismo si no la obedecemos.
“Vivamos decentemente, como a la luz del día, no en orgías y borracheras, ni en inmoralidad sexual y libertinaje, ni en disensiones y envidias. Más bien, revistámonos del Señor Jesucristo, y no nos preocupemos por satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa”
Romanos 13: 13-14


En la sociedad actual la lascivia o lujuria se ha convertido en un gran negocio económico anuncios en televisión, películas, series, anime, manga, novelas, comics y redes sociales, se usa el sexo desmedido como un cebo para atraer la atención del público.
En el sermón del monte, Jesucristo habló con palabras muy severas sobre el adulterio y la lujuria, desafiándonos a hacer todo lo posible para evitar ser víctimas de los deseos pecaminosos y desenfrenados que lo único que producen es degeneración moral y pensamientos lascivos.


“Moisés también dijo: No sean infieles en su matrimonio. Pero ahora yo les aseguro que si un hombre mira a otra mujer con el deseo de tener relaciones sexuales con ella, ya fue infiel en su corazón”
Mateo: 5:27-28.


¿Está diciendo Jesucristo en este pasaje bíblico que no hay diferencia entre el adulterio mental y el acto físico? No. Lo que está diciendo es que ambos son pecados. Los actos se fraguan y se regulan en el corazón y la mente. La sexualidad ha sido creada por Dios para armonizar y ejercer su fin último que es la procreación. De ahí que el matrimonio es la expresión más hermosa donde se constituye una familia.
La sexualidad tiene sus raíces en el plan creador de Dios, pero la lujuria tiene sus raíces en la depravación humana.
“Pues la naturaleza pecaminosa es enemiga de Dios siempre. Nunca obedeció las leyes de Dios y jamás lo hará. Por eso, los que todavía viven bajo el dominio de la naturaleza pecaminosa nunca pueden agradar a Dios”
Romanos 8; 7-8


Todo lo que Dios ha creado es bueno pero es malo la perversión de cómo se usa.
En la antigua Babilonia se creía que tener sexo aseguraba una cosecha fértil. Heródoto, el historiador griego, nos habla del requerimiento anual para todas las mujeres vírgenes de sacrificar sus cuerpos en fornicación ante un extranjero en el templo de la diosa Afrodita.
Sin embargo, en la mayor parte del contenido del Antiguo Testamento, los términos “fornicación” y “adulterio” se emplean simbólicamente para ilustrar las acciones del pueblo israelita el cual rompió su “pacto” con Jehová adorando ídolos eso es adulterio espiritual.


El adulterio espiritual es infidelidad a Dios. Es tener un cariño indebido por las cosas del mundo y sin duda por otras falsas deidades, santos, ídolos o vírgenes. El adulterio espiritual es análogo a la infidelidad de su cónyuge:
“'Pero como una mujer que no tiene fe en su amante, has sido infiel para mí, oh casa de Israel', dice el Señor” Jeremías 3:20


El adulterio espiritual incluye cualquier forma de idolatría. En el Antiguo Testamento, los hijos de Israel trataron de mezclar la adoración de otros dioses como Baal con el de Dios al hacerlo, Israel se convirtió en una mujer adúltera que quería un esposo y otro amante.
La Biblia nos dice que las personas que eligen ser amigas del mundo son "personas adúlteras" que tienen "enemistad contra Dios" El "mundo" aquí es el sistema del mal que está bajo el control de Satanás El sistema mundial, con su esquema artificial y engañoso de valores falsos, búsquedas sin valor y afectos no naturales, está diseñado para alejarnos de una relación pura con Dios. El adulterio espiritual, entonces, es el abandono del amor de Dios y la aceptación de los valores y deseos del mundo.


La persona que comete adulterio espiritual es una persona que profesa ser un cristiano, pero encuentra su verdadero amor y placer en las cosas que Satanás ofrece. Para los creyentes, el amor del mundo y el amor de Dios son opuestos directos. Los creyentes que cometen adulterio espiritual pueden decir que aman al Señor, pero, en realidad, están cautivados por los placeres de este mundo, su influencia, sus comodidades, su seguridad financiera y las llamadas libertades.
El amor al mundo es ante todo una actitud del corazón de uno, y podemos deshacernos de la mundanalidad cultivando un nuevo afecto. Para evitar el adulterio espiritual, pon tu corazón en las cosas de arriba, donde está Cristo, sentado a la diestra de Dios. Pon tu afecto en las cosas del cielo, no en las cosas de la tierra.


Jesús dijo: “Nadie puede servir a dos señores. O odiarás a uno y amarás al otro, o te dedicarás a uno y despreciarás al otro ” La Biblia nos exhorta: No amemos al mundo ni a nada en el mundo. Si alguien ama al mundo, el amor por el Padre no está en ellos. Porque todo en el mundo, la lujuria de la carne, la lujuria de los ojos y el orgullo de la vida, no proviene del Padre sino del mundo. Los creyentes deben repetir las palabras del antiguo himno: “El mundo detrás de mí, la cruz delante de mí; no hay vuelta atrás."


Cristo citó uno de los diez mandamientos, “No cometerás adulterio”. Claramente esto se refiere a un acto sexual físico de alguien que viola un pacto matrimonial. Pero el Salvador expande el alcance moral al dirigirse a la disposición mental que guía a alguien a cometer el acto físico.


Él habla de un hombre que mira detenidamente a otra mujer que no es su esposa con un deseo sustancial de estar sexualmente con ella. Este no es un ligero vistazo. La persona lujuriosa está haciendo mentalmente lo que él o ella casi seguramente haría físicamente, si se diera la oportunidad. Los cristianos deben reconocer aquellos pensamientos y acciones que mucho antes de que acontezca un pecado sexual crean la posibilidad de una auténtica tentación, y deben tomar acciones urgentes para evitarlos.


Un pecado en el “corazón” es serio, pero no tiene la equivalente consecuencia temporal que un acto físico tiene. La lujuria es de la misma naturaleza que el acto, pero no es el acto mismo el pensamiento lujurioso no tiene condena de ningún código o corte terrenal pero Dios conoce todos los pensamientos de los seres humanos y sabe lo que se forma en el corazón de cada uno de ellos y tiene el poder para perdonar cualquier clase de adulterio que cometas, examina tu corazón con una mente sincera y acude a a los pies de Cristo para confesar en arrepentimiento y cambiar definitivamente tu vida, porque no hay paz en la vida de alguien que vive con lujuria, fornicación y el evidente adulterio que comete contra Dios y su pareja. Hoy es tiempo de cambiar toma la mano de Jesús y no la sueltes nunca.







LA IDOLATRIA POR LA VIRGEN MARÍA

El catolicismo sembró confusión en los corazones de muchos creyentes y los desvió a múltiples idolatrías, en forma de santos y vírgenes, que obstaculizan la adoración al único Dios verdadero Cristo Jesús. Todos los seguidores de Dios rechazan la adoración a otros seres. Los apóstoles y los santos ángeles se negaron a ser adorados, muchos pasajes de la Biblia lo confirman. Solamente los hijos de Satanás buscan la adoración y quieren ser como dioses, pero solo hay un Dios verdadero: Cristo Jesús. Los Católicos intentan apartar estos claros principios Bíblicos, diciendo que ellos no adoran a María y a los santos, sino que más bien ellos sólo los veneran. Es exactamente lo mismo,  respetar en sumo grado y dar culto es idolatrar. Solo debemos rendir culto a Dios. Podemos respetar a aquellos cristianos fieles que se han ido antes que nosotros y a María como la madre terrenal de Jesús, pero no hay instrucción en la Biblia de reverenciar a aquellos que se han ido al cielo. Nunca se debe adorarlos, venerarlos o rendirles culto.

La Biblia es muy clara en que solo debemos adorar a Dios, cuando la leemos bien nos damos cuenta de que hay muchos casos en los que diversos pueblos antiguos, como los edomitas, filisteos, amonitas, moabitas, cananeos, egipcios, etc.,  veneraban a  dioses falsos, los cuales son Satanás, sus ángeles oscuros y demonios, quienes los engañaron tomando múltiples formas, cumpliendo algunos de sus deseos para ser adorados, sin embargo todos estos pueblos fueron testigos del poder del único Dios y muchos de ellos fueron destruidos por apartarse del buen camino rechazando al Dios verdadero.

Decir que adoras a Dios a través de la virgen María, una mujer que Dios creo, es un gran error, es Dios explícitamente quien prohíbe ser adorado a través de las cosas creadas. No debemos inclinarnos y adorar a ninguna cosa que esté arriba en los cielos ni abajo en la tierra. Romanos 1:25 no puede ser más claro: “ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador” Dios creo cosas maravillosas. María fue una buena mujer que es digna de respeto, pero no debemos adorar a Dios alabando las cosas o gente que Él ha creado. El hacerlo es obviamente idolatría.

Orar a los santos y a María, que se les hagan peticiones como mediadores; ninguna de estas prácticas son  bíblicas. El orar es un acto de adoración. Cuando oramos a Dios, estamos reconociendo que necesitamos su ayuda. Al dirigir nuestras oraciones a alguien más que no sea Dios, le estamos robando a Dios la gloria que solo le pertenece a Él. Estas oraciones no pueden ser contestadas por seres humanos que están muertos, estos creyentes fieles a Cristo se encuentran en el cielo y no pueden escuchar las oraciones de ningún ser humano que se encuentra en la tierra, puesto que ese poder solo le pertenece a Dios, quien lo escucha todo y esto es imposible para María y los santos quienes no son dioses porque solo existe un Dios y ellos son simples seres humanos que tuvieron una hermosa vida llena de fe en Cristo.

La virgen María no se debe adorar, venerar o pedirle milagros, eso es claramente idolatría. En ningún versículo de la Biblia se menciona que tienes que adorar a María o pedirle milagros, o que interceda por ti, eso es un engaño de la Iglesia católica que busca sembrar confusión y llevarte a pecar con la idolatría, Dios aborrece ese acto. 

María dejó de ser virgen cuando tuvo mas hijos con su esposo José, sus hijos fueron Santiago, José, Judas y Simón, sólo fue virgen hasta el nacimiento de Jesús y después tuvo hijos, por lo tanto no existe la virgen como tal.

Esto se basa en los siguientes pasajes bíblicos que mencionan a los “hermanos” de Jesús:
Mateo 12,46 “Todavía estaba hablando a la muchedumbre, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera y trataban de hablar con él.”

Marcos 6,3 “¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?» Y se escandalizaban a causa de él”.

Juan 7,5 “Es que ni siquiera sus hermanos creían en él”.

Hechos 1,14 “Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos.”

Corintios 9,5 “¿No tenemos derecho a llevar con nosotros una mujer cristiana, como los demás apóstoles y los hermanos del Señor y Cefas?”

La virgen María no es una intermediaria con Dios. El único intermediario y Salvador es Cristo.

Timoteo 2:5-6 Porque solo hay un solo Dios verdadero y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesús Cristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo., Jesús el cordero y señor de señores...

Juan 14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.

Colosenses 2:9 Porque solo en Él (Jesús) habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad. Jesús es Dios.

María fue una mujer única que Dios eligió para ser madre terrenal de Jesús, sin duda Dios escogió hacerse humano por la forma tradicional naciendo de una mujer y no simplemente apareciendo como un humano, decidió ser un humano en todo sentido, desde el nacimiento hasta la muerte, y creó una mujer especial para este fin. Pero es necesario entender que María no es una virgen que merezca idolatría, no es divina, fue una mujer mortal que no es diosa ni virgen.

María no nació sin pecado, Eva madre de todos los vivientes heredo la naturaleza pecaminosa. La Biblia dice que todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios. Eso incluye a María, nadie nació santo, sino solo aquel nacido por obra de el Espíritu Santo, Jesús. El único humano sin pecado es Cristo debido a que no puede pecar porque es Dios encarnado 

Jesús dice lo siguiente:

Mateo 12:46  "Mientras Jesús le hablaba a la multitud, se presentaron su madre y sus hermanos. Se quedaron afuera, y deseaban hablar con él. 47 Alguien le dijo:
—Tu madre y tus hermanos están afuera y quieren hablar contigo.
48 —¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? —replicó Jesús.
49 Señalando a sus discípulos, añadió:
—Aquí tienen a mi madre y a mis hermanos. 50 Pues mi hermano, mi hermana y mi madre son los que hacen la voluntad de mi Padre que está en el cielo."

Jesús explica claramente que cualquiera que hace la voluntad de Dios es su madre, con esto entendemos que despoja a María de toda alabanza y le quita el privilegio especial de tener un merito por ser su madre física, debido a que ningún humano puede hacer la voluntad de Dios porque somos pecadores y EL es tres veces Santo. Estamos imposibilitados para hacerlo, por ello necesitamos un Salvador a Cristo quien por nuestra fe, nos salva y nos entrega al Espíritu Santo para vivir en nuestro cuerpo y ayudarnos a vivir como agrada a Dios. Sin embargo aun somos pecadores, pero ya no somos esclavos del pecado, la carne ya no domina, vivimos por el espíritu; pensamos mas en Dios y en como agradarle, no somos ni seremos iguales a Cristo porque es El es Dios único y soberano, pero podemos parecernos a El en sus virtudes.

María recibió la gracia de Dios. La gracia es “un favor inmerecido”, significando que es algo que recibimos a pesar del hecho de que no lo merezcamos. María necesitaba de la gracia de Dios, al igual que el resto de nosotros. María misma comprendió esta hecho, al declarar en:

Lucas 1:47“Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.”

María reconoció que ella necesitaba ser salvada, que ella necesitaba a Dios como su Salvador. La Biblia nunca dice que María fuera otra cosa que una humana ordinaria, a quien Dios eligió utilizarla de una manera extraordinaria. María claramente alaba al Señor y declara ser la sierva del mismo cuando realiza una oración en agradecimiento y honor a Dios Jesús:

Lucas1:46“Oh, cuánto alaba mi alma al Señor.47 ¡Cuánto mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador! 48 Pues se fijó en su humilde sierva”...

Sí, María era una mujer justa y favorecida por Dios. Al mismo tiempo María también fue un ser humano pecador, como todos los demás, que necesitaba a Jesucristo como su Salvador.

María no tuvo una “inmaculada concepción” – no hay una razón bíblica para creer que el nacimiento de María fue otra cosa que un nacimiento humanamente normal. María era una virgen cuando dio a luz a Jesús, pero la idea de una virginidad perpetua de María es anti-bíblica. Hablando de José, declara, “Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre Jesús.” La palabra “hasta” indica claramente que José y María tuvieron una unión sexual después del nacimiento de Jesús. José y María tuvieron varios hijos juntos después de que Jesús nació. Jesús tuvo cuatro medios-hermanos; Jacobo, José, Simón, y Judas. Jesús también tuvo medias-hermanas, pero no se mencionan sus nombres o el número de ellas. Dios bendijo y favoreció a María dándole varios hijos, lo cual en esa cultura era una clara indicación de la bendición de Dios hacia una mujer.

Una ocasión en que Jesús estaba hablando, una mujer de entre la multitud exclamó en;  
Lucas: 11-27-28 “Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste”. Nunca hubo una mejor oportunidad para que Jesús declarara que María no era en realidad digna de alabanza y adoración. ¿Cuál fue la respuesta de Jesús? “Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.”

Para Jesús, la obediencia a la Palabra de Dios era mas importante que el ser la mujer de quien nació.

En ninguna parte de la Escritura Jesús, o alguien más, dirige alguna alabanza, gloria o adoración a María. Elizabeth, la pariente de María, alabó a María en Lucas 1:42-44, pero su alabanza estaba basada en el hecho de que María daría a luz a Jesús. No estaba basada en ninguna gloria inherente en María.

María estuvo ahí en la cruz cuando Jesús murió. María estuvo con los apóstoles en el día de Pentecostés. Sin embargo, María nunca vuelve a ser mencionada después del capítulo uno del libro de los Hechos. En ningún momento los apóstoles le concedieron a María un papel prominente. La muerte de María no está registrada en la Biblia. Nada se dice de María acerca de su ascensión al cielo, o siendo de alguna forma exaltada en el cielo. María debe ser respetada como la madre terrenal de Jesús, pero no es digna de adoración. En ninguna parte indica la Biblia que María puede escuchar nuestras oraciones, o que puede ser mediadora para nosotros ante Dios. 

Jesús es nuestro Único abogado y mediador en el cielo. Si se le hubiera ofrecido alabanza, adoración, u oraciones, María hubiera dicho lo mismo que los ángeles: “¡Adora a Dios!” (Apocalipsis 19:10) 
María misma establece el ejemplo para nosotros, dirigiendo su alabanza, adoración y glorificación solamente a Dios,  Lucas 1:46-49 “Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la bajeza de su sierva; pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones, porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre”

María no murió en la cruz por tus pecados, no resucitó al tercer día, no predicó la palabra de Dios, no les enseñó a los 12 discípulos la palabra de Dios ni les dio el poder del Espíritu Santo para hacer milagros, no le devolvió la vista a los ciegos, el habla a los mudos, el andar a los lisiados y no resucitó a los muertos, no realizó milagros, no dio su vida y fue torturada en la cruz por tu salvación y perdón de tus pecados. Entonces ¿porque le pides milagros, porque la idolatras? Las vírgenes son un engaño, una seducción de falsa madre para que te alejes del verdadero salvador y el único Dios, quien dio su vida por tu salvación, Jesús es el camino, la verdad y la vida.

El culto a la virgen es un engaño que usa el mal para seducirte con su imagen de madre cariñosa, pero ella en realidad es una seductora que te invita a pecar con la idolatría y te aleja de Cristo, el único Dios y Salvador, deja de idolatrar a falsas vírgenes y abre los ojos.