"Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley." Romanos 3:28
Existe una gran confusión acerca de como somos salvos si es por cumplir la ley o por fe en Cristo y sin duda alguna somos salvos por nuestra fe en Jesús, toda la biblia respalda este fundamento, sobre todo las epístolas de Romanos y Galatas, nos basamos en ellas para reafirmar este fundamento, porque existen algunos creyentes que al conocer el judaísmo son envueltos y seducidos por sus rituales o costumbres y se enaltecen con la alabanza usando nombres hebreos despreciando los nombres que usamos comúnmente y también imponen la celebración de fiestas, estas acciones no son requisito de salvación son ritos hebreos y algunos simbolizaron la hermosa personalidad de Cristo quien vendría como Mesías en sacrificio puro, santo y perfecto, pero Cristo ya vino y cumplió toda la ley, ahora la fe salva.
El peligro de entrar en el judaísmo es que algunos no aceptan la salvación por la fe en Cristo sino por las obras de la ley y se aferran a ser salvos por sus propios méritos tratando de cumplir leyes que ni los antiguos hebreos pudieron cumplir por lo tanto es importante entender lo que dice la biblia y comprender porque eres salvo en la Gracia de Dios por tu fe en Jesucristo.
Algunos judíos rechazan la salvación por la fe en Cristo y se apoyan en la ley. Se glorían en Dios y dicen conocer su voluntad, inspirados, según ellos, por el Espíritu Santo. Se jactan de ser instruidos por la ley, se dicen ser guías de los ciegos, luz de los que están en tinieblas y maestros de los ignorantes. Se aferran a leyes que no pueden cumplir y se niegan a aceptar la gracia de ser salvos por la fe en Jesús. Atando cargas pesadas y difíciles de llevar, colocando un yugo que antaño los hebreos no pudieron llevar, y las ponen sobre los hombros de los humanos. Son hipócritas, porque cierran el reino de los cielos delante de los humanos,ellos no entran, ni dejan entrar a los que están entrando.
Muchos de ellos son cínicos, imponiendo leyes que rompen a diario y por su causa se blasfema el nombre Dios entre los incrédulos que se burlan de su hipocresía. La justicia es por fe, mas algunos que dicen ser judíos van tras una ley de justicia, pero no la alcanzan. ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues erraron con la piedra de tropiezo, Cristo Jesús, piedra de tropiezo para aquel que lo rechaza mas quien cree en el no sera avergonzado.
Sin duda alguna los judíos tienen un gran celo de Dios, muestran una gran pasión y entusiasmo, pero no conforme a un pleno conocimiento. Ignoran la justicia de Dios, y procuran establecer su propia justicia, porque no se han sujetado a la justicia de Dios; porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.
Es necesario que entiendas y te cuestiones lo siguiente: ¿Recibimos el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? Aquel, que nos suministra el Espíritu, y hace milagros entre nosotros ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?
Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas.
¿Quieres vivir por fe o vivir por la ley que no puedes cumplir, de hecho ni un solo mandato existe que no hayas violado con tu pensamiento o palabras? ¿Entonces porque te engañas?
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero, para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.
Estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo. Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: !Padre!Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo. Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servias a los que por naturaleza no son dioses; mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que te vuelves de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales te quieres volver a esclavizar?
El ser humano no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.
Sin embargo la ley de Dios es buena, nos muestra lo pecadores que somos, nos revela la magnitud de nuestro pecado, limita y reprende las malas acciones. Porque la ley dice: no se ha de hurtar, ¿hurtas?, no se ha de adulterar, ¿adulteras?, no se ha de adorar a los ídolos, ¿idolatras? no se ha de mentir ¿mientes?. Tú que te jactas de la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios?
Dios sabe lo pecadores que somos, es muy difícil cumplir todos sus mandamientos a causa de nuestra naturaleza pecaminosa, no solo en acciones sino también en pensamientos y palabras, por ello nos otorgo un Salvador quien nos perdona todos nuestros pecados por medio de nuestra fe sincera. Pero no quiere decir que por la fe invalidamos la ley de Dios, en ninguna manera, sino que confirmamos la ley. La ley es buena, nos indica lo correcto, pero estamos infectados con el pecado y la única cura es la fe en Cristo Jesús, nuestro redentor. El cumplió toda la ley y por su sacrificio en la cruz ya pagó por todas la veces que no cumplimos la ley. Pagó por nuestros pecados, los del presente, pasado y futuro, saldó nuestra deuda, nos reconcilió con Dios y ahora somos justos ante El, por la fe.
Es necesario entender que, a parte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, todos somos pecadores y estamos destituidos de la gloria de Dios, pero somos justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús. Por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado. La justicia es por medio de la fe
Para aquellos que no conocen a Cristo o desconocen las leyes morales de Dios, pero hacen por naturaleza lo que es de la ley, lo que es correcto y bueno, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia que les indica a obrar el bien, esa misma conciencia los acusara o defenderá según sus razonamientos, en el día en que Dios juzgará.
Estamos justificados por la fe y tenemos paz para con Dios por medio de Jesucristo. Somos salvos y justos a los ojos de Dios por nuestra fe en Cristo y no por obras para que nadie se gloríe. No hay nada de que jactarse, no hay obras que presumir, no hay leyes con las que obsesionarse, está la Gracia de Dios que nos salva por la ley de la fe. Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión.
Porque si Abraham fue justificado por su fe, y no por las obras, no tiene de qué gloriarse ante Dios. Abraham no se debilitó en la fe al considerar la vejez de su cuerpo y el de su esposa Sara, no dudó, por incredulidad de la promesa de Dios que concebirían un hijo. Su fe se fortaleció, plenamente convencido de que Dios es poderoso para hacer todo lo que había prometido y su fe le fue contada por justicia.
Entonces, porque menosprecian la bondad y paciencia de Dios, ignorando que su benignidad te guía a ser salvo por la fe en Cristo y no por la ley que no puedes cumplir. ¿Porque te engañas? Eres un pecador perdido, fingiendo que cumples la ley. Sin fe en Cristo es imposible seguir los mandamientos de Dios, sin fe en Jesús no habrás muerto al pecado, seguirás siendo esclavo del pecado, por lo tanto el pecado se valdrá de la ley para hacerte caer. Así es, el pecado te tentara para hacer lo que la ley dice que no hay que hacer.
Pero con fe, el pecado no se enseñoreará de ti pues ya no estarás bajo la ley, sino bajo la gracia.
Estarás libre de la ley del pecado, por haber muerto al poder del mismo, de modo que ahora servirás bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra. El Espíritu Santo habitará en tu ser y debes pedir en oración que controle tu mente, para que la naturaleza pecaminosa no tome el control de tu mente y termines pecando.
Como lo explica 2Corintos 3:3-18 El camino antiguo, con leyes grabadas en piedra, conducía a la muerte, aunque comenzó con tanta gloria que el pueblo de Israel no podía mirar la cara de Moisés. Pero el nuevo pacto no es de leyes escritas, sino del Espíritu. El antiguo pacto escrito termina en muerte; pero, de acuerdo con el nuevo pacto, el Espíritu da vida. No está tallado en tablas de piedra, sino en corazones humanos. Este nuevo camino nos da confianza, podemos ser muy valientes. No somos como Moisés, quien se cubría la cara con un velo para que el pueblo de Israel no pudiera ver la gloria, aun cuando esa gloria estaba destinada a desvanecerse. Pero la mente de ellos se endureció y, hasta el día de hoy, cada vez que se lee el antiguo pacto, el mismo velo les cubre la mente para que no puedan entender la verdad. Este velo puede quitarse solamente al creer en Cristo. Efectivamente, incluso hoy en día, cuando leen los escritos de Moisés, tienen el corazón cubierto con ese velo y no comprenden. En cambio, cuando alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado. Pues el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Así que, todos nosotros, a quienes nos ha sido quitado el velo, podemos ver y reflejar la gloria del Señor. El Señor, quien es el Espíritu, nos hace más y más parecidos a él a medida que somos transformados a su gloriosa imagen.
Si Cristo está de verdad en ti, entonces tu cuerpo de verdad murió al pecado y el Espíritu vive en ti a causa de la justicia de la fe. Lo que era imposible para la ley, por cuanto eramos débiles carnales fue posible para Cristo. Dios envió a su Hijo para morir a causa de nuestros pecados y pagó con su sangre en la cruz. No andamos ya conforme a la carne, sino conforme al Espíritu por fe en Jesús.
Con fe en Cristo eres libre de la maldición de la ley y de la esclavitud del pecado, eres libre del control de tu naturaleza pecaminosa, ahora el Espíritu Santo vive en ti y las cosas carnales dejaron de tener tanto valor en tu vida, las cosas del espíritu son lo mas importante en tu vida y cumplir la ley no es tan difícil porque aborreces el pecado que mora en ti, desprecias tu oscuridad, tienes conciencia de que hacer el mal solo causa dolor y destrucción, y evitas obrar mal, estas listo para hacer obras buenas no por beneficio sino de corazón sincero, lo que no podías hacer antes ahora puedes, porque no estas solo, Cristo es tu abogado defensor, el Espíritu Santo te guía y Dios te otorga la sabiduría negada para los muertos espirituales. Todo lo puedes en Cristo que te fortalece.