Los ángeles caídos son seres oscuros que se rebelaron en contra de Dios para satisfacer sus propios deseos egoístas, su líder principal es Satanás quien busco un trono en el cielo, pero al perder la batalla y ser expulsado del cielo ellos buscaron formar su propio reino en la tierra utilizando a los seres humanos en su beneficio, manipulándolos, seduciéndolos y engañándolos con múltiples conocimientos y placeres, estos humanos compartirán el mismo destino.
El ángel que se menciona en la Biblia es Satanás o mejor conocido como Lucifer, que es el diablo, la serpiente y el dragón que engaña al mundo entero. Este ángel, que en realidad es un querubín una jerarquía mayor entre los seres angelicales, él quiso ser como Dios y poner su trono por encima. Debido a esta gran ambición, por la abundancia de sus habilidades, se llenó de violencia y pecó, por su hermosura se llenó de orgullo y a causa de su esplendor, se corrompió su sabiduría, por lo tanto Dios lo expulsó del cielo junto con todos sus ángeles seguidores, es decir una tercera parte de los ángeles fueron arrojados junto con él a la tierra. Estos son los ángeles caídos aquellos seres oscuros que se revelaron y rechazaron a Dios para seguir a Satanás todos ellos comparten el mismo deseo corrupto. Esto se explica en algunos libros de la Biblia como Isaías 14:12-14 y Ezequiel 28:12-18.
El ángel que se menciona en la Biblia es Satanás o mejor conocido como Lucifer, que es el diablo, la serpiente y el dragón que engaña al mundo entero. Este ángel, que en realidad es un querubín una jerarquía mayor entre los seres angelicales, él quiso ser como Dios y poner su trono por encima. Debido a esta gran ambición, por la abundancia de sus habilidades, se llenó de violencia y pecó, por su hermosura se llenó de orgullo y a causa de su esplendor, se corrompió su sabiduría, por lo tanto Dios lo expulsó del cielo junto con todos sus ángeles seguidores, es decir una tercera parte de los ángeles fueron arrojados junto con él a la tierra. Estos son los ángeles caídos aquellos seres oscuros que se revelaron y rechazaron a Dios para seguir a Satanás todos ellos comparten el mismo deseo corrupto. Esto se explica en algunos libros de la Biblia como Isaías 14:12-14 y Ezequiel 28:12-18.
Aunque fue echado del cielo, él aún busca elevar su trono sobre el de Dios. Él falsifica todo lo que Dios hace, esperando ganar la adoración del mundo y fomentando la oposición al reino de Dios. Satanás es el origen primario detrás de cada secta y religión falsa. Satanás hará cualquier cosa y todo lo que esté en su poder para oponerse a Dios y a aquellos que siguen a Dios.
Satanás es un ser sumamente poderoso e inteligente, él gobierna la tierra y domina todas las ciencias que existen, contamina toda la sociedad con sus enseñanzas disfrazadas de grandes filosofías, el entretenimiento y la falsa espiritualidad son su mejores armas por lo cual no existe un área en la tierra que escape de su influencia. Con sus ángeles oscuros, demonios y seres humanos que le sirven puede influenciar a cada ser humano para que rechace a Dios y blasfeme a Cristo. Su única finalidad gobernar por siempre la tierra y corromper a los humanos para alejarlos de Dios y así abracen la oscuridad del materialismo, en un mundo donde la gente piense que Dios no existe.
El ser humano al rechazar el mundo espiritual, burlarse de él y no creer en Dios y mucho menos creer en Satanás, es una presa fácil, una marioneta que sirve al diablo de manera inconsciente, su ateísmo y amor a la materia le conceden derechos legales al dragón que engaña al mundo entero, el cual enviara a sus espíritus malignos o mejor llamados demonios para que los opriman e inciten a ser esclavos de los deseos de sus sentidos, estas personas nunca tendrán una paz genuina y no conocerán el amor verdadero.
Los demonios no son ángeles caídos, son mitad ángel y mitad humano. Hace mucho tiempo Dios ordeno a un grupo de ángeles, cuyo líder fue Shemihaza, que vigilaran la tierra, esto fue en la época en que se expulso a Eva y Adán del Jardín del Edén. Sin embargo estos ángeles hijos del cielo vieron a las mujeres y las desearon, y se dijeron unos a otros: "Vayamos y escojamos mujeres de entre las hijas de los hombres y engendremos hijos". Traicionaron a Dios abandonaron sus moradas en el cielo y su dignidad para habitar en la tierra y poseer a las mujeres. Este grupo de ángeles mantuvieron relaciones sexuales con ellas y les enseñaron diversos conocimientos secretos considerados indignos, les enseñaron a fabricar armas y como utilizarlas, brujería, magia, corte de raíces, etc., debido a esto la tierra se lleno de maldad. De la unión entre ángeles y mujeres nacieron los gigantes que se volvieron contra los humanos para matarlos y devorarlos, corrompieron a los animales con diversas perversiones y también se devoraban los unos la carne de los otros y bebían sangre. Por lo tanto Dios mando un diluvio para eliminar a los gigantes y todo conocimiento que se uso para la maldad, encerró a los ángeles en prisiones de oscuridad y condeno a los espíritus de los gigantes vagar en la tierra porque fueron engendrados en la tierra, les llamo espíritus malignos y son estos los que se levantan contra los hijos de los hombres y contra las mujeres porque de ellos proceden. Estos son los demonios que afligen, oprimen, invaden, combaten y destruyen sobre la tierra y causan penalidades, ellos aunque no comen tienen hambre y sed y causan daños. Esto se explica a detalle en el libro de Enoc y en algunos versículos de la Biblia en los libros de Génesis, Pedro y Judas.
Los ángeles caídos se dividen en dos grupos los primeros cayeron con Satanás y los segundos cayeron con Shemihaza. Todos ellos cayeron por desobedecer y desafiar a Dios por su ambición, orgullo, soberbia y maldad.
Sin embargo Satanás y algunos ángeles siguen libres, pero Dios los castigara en el juicio final donde serán arrojados al lago de fuego, el infierno fue creado para estos ángeles rebeldes pero debido a que los humanos aman mas las tinieblas que la luz y siguen el camino de los ángeles caídos al no reconocer a Jesús como Dios y Salvador también serán arrojados al lago de fuego.
Como humanos mortales, con un ciclo de vida no mayor a los 120 años, nos es difícil dimensionar ciertas palabras como son: eterno, antes del tiempo e infinito. Nuestro Rey y Salvador camino en la tierra hace más de dos mil años, y en el siglo XX comenzaron las revoluciones.
Sin embargo, el destino de Satanás está sellado con una eternidad en el lago de fuego, de Dios nadie se burla y aunque el diablo, sus ángeles y demonios andan libres causando pesar en la tierra serán castigados, junto con los humanos que sienten empatía por ellos y comparten sus ideas sirviendo a su causa maligna en múltiples placeres, perversiones, una locura que consideran sabiduría, una sabiduría torcida.
Y finalmente así es como la lucha no es contra carne ni sangre, si no que estamos en guerra espiritual contra Satanás y sus servidores y debemos ser consientes de cómo se desarrolla esta lucha, conocer al enemigo es fundamental pero lo mas importante es conocer al que te da la victoria y ese es Cristo Jesús, es la fe en él, la que te concede la victoria, puesto que Jesús los derroto a todos ellos en la cruz, su sacrifico nos libero de la esclavitud del pecado y del poder que Satanás tenia sobre nosotros. Algunos culpan de cada pecado, cada conflicto y cada problema a los demonios que necesitan ser expulsados. Otros ignoran completamente la realidad espiritual, y el hecho de que la Biblia nos enseña que nuestras batallas son contra poderes espirituales. La clave para el éxito en la guerra espiritual es encontrar el balance bíblico. Algunas veces Jesús expulsó demonios de la gente, y algunas veces sanó a la gente sin mencionar lo demoníaco. El apóstol Pablo enseñó a los cristianos a librar batallas contra el pecado en ellos mismos y a librar batallas en contra del maligno (Efesios 6:10-18) (Romanos 6)
Efesios 6:10-12 declara, “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”.
Este pasaje nos enseña algunas verdades cruciales: Sólo podemos estar fuertes en el poder de Dios, es la armadura de Dios la que nos protege y nuestra batalla es contra fuerzas espirituales de maldad en el mundo.
Efesios 6:13-18 nos da una descripción de la armadura espiritual que Dios nos da. Debemos estar firmes con el cinturón de la verdad, la coraza de justicia, el Evangelio de la paz, el escudo de la fe, el yelmo de la salvación, la espada del Espíritu, y orando en el Espíritu. Debemos conocer la verdad, creerla y declararla. Debemos descansar en el hecho de que somos declarados justos por el sacrificio que Cristo hizo por nosotros. Debemos proclamar el Evangelio, sin importar cuánta resistencia recibamos. No debemos vacilar en nuestra fe, confiando en las promesas de Dios no importa cuán fuertemente nos ataquen. Nuestra máxima defensa es la seguridad que tenemos de nuestra salvación, una garantía que ninguna fuerza espiritual puede quitar. Nuestra arma ofensiva es la Palabra de Dios, no nuestras propias opiniones y sentimientos. Y debemos orar en el poder y la voluntad del Espíritu Santo.
Jesús es nuestro mejor ejemplo para resistir la tentación en la guerra espiritual. Observa cómo Jesús manejó los ataques directos de Satanás cuando fue tentado en el desierto (Mateo 4:1 – 11). Cada tentación se combatió con las palabras "Escrito está". La Palabra del Dios vivo es el arma más poderosa contra las tentaciones del diablo. "En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti" (Salmo 119:11).
Cuando empezamos a hablar con el diablo, corremos el riesgo de ser llevados por mal camino como lo fue Eva (Génesis 3:1–7). Nuestro enfoque debe estar en Dios, no en los demonios; hablamos con Cristo Jesús, no con ellos.
Acepta a Cristo en tu corazón y gana cada batalla espiritual. Todo lo puedes en Cristo que te fortalece.
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