domingo, 31 de mayo de 2020

¿QUE ES EL PECADO?

El solo escuchar la palabra pecado causa un rechazo inmediato, sin duda se imaginan que es cosa de fanáticos religiosos que solo buscan manipular y se llega a pensar que eso no existe, solamente son errores o defectos humanos. Sin embargo pocas veces se reflexiona en la propia conducta y la de otras personas, los que disfrutan mentir, estafar, robar, fornicar e incluso violar, torturar y matar, estas conductas no son simples errores, están determinadas por una naturaleza pecaminosa que los impulsa a actuar sin moral, en egoísmo y con maldad pues no les interesa el daño ocasionado hacia otros y las consecuencias de dichas acciones en cambio sólo piensan en el beneficio y el placer que les genera.

¿Te entiendes a tí mismo cuando quieres hacer lo que es correcto pero no lo haces.? En cambio, haces lo que odias. Pero si sabes que lo que haces está mal, eso demuestra que estas de acuerdo con los diez mandamientos de Dios. Quieres hacer lo que es correcto, pero no puedes. Quieres hacer lo que es bueno, pero no lo haces. No quieres hacer lo que está mal, pero igual lo haces. Ahora, si haces lo que no quieres hacer y estas consciente de que esta mal, realmente no eres tú el que hace lo que está mal, sino el pecado que vive en ti y esto no es para excusar tu conducta sino para que te des cuenta de que estas contaminado por el pecado y necesitas ayuda. Entonces ahora entiendes que tienes una naturaleza pecaminosa y en ella no existe nada bueno. Cuando quieres hacer lo que es correcto, no puedes evitar hacer lo que está mal. Si acaso tú amas más la luz, lo bueno y correcto pero hay otro poder dentro de ti que está en guerra con tu mente. Ese poder te esclaviza al pecado que todavía está dentro de ti,  entonces ¡eres un pobre desgraciado!, ¿Quién te libertará de esta vida dominada por el pecado y la muerte? ¡Gracias a Dios! La respuesta está en Jesucristo nuestro Señor. 

La palabra pecado viene del latín peccatum que significa delito, falta o acción culpable, aquel que rompe una ley de manera consciente.

El pecado es descrito en la Biblia como el quebrantamiento de una mandato de Dios y la rebelión contra Él. El pecado tuvo su origen con Satanas un ángel querubín que deseó ser Dios, esa fue su caída y el inicio del pecado, él trajo el pecado a la raza humana en el Jardín del Edén, donde tentó y engaño a Adán y Eva con la misma seducción “...seréis como Dios...” eso le dijo y fue entonces que ellos decidieron desobedecer a Dios e ir en contra de sus mandamientos. A partir de ese momento, nosotros como descendientes de Eva y Adán, hemos heredado el pecado de ellos. Romanos 5:12 nos dice que a través de Adán, el pecado entró al mundo y, por lo tanto la muerte pasó a todos los hombres, porque “la paga del pecado es muerte...” es por ello que todos los seres humanos mueren debido a que todos pecamos ya sea en palabra, pensamiento o acción. Así como heredamos características físicas de nuestros padres, así también heredamos nuestra naturaleza pecaminosa de Adán

Existe otro tipo de pecado, es el conocido como pecado imputado, significa tomar algo que pertenece a alguien y acreditarlo a la cuenta de otro. Dios usó este principio de imputación para beneficio de la raza humana, cuando Él imputó el pecado de los creyentes a la cuenta de Jesucristo, quien pagó la pena por el pecado con su muerte en la cruz. Imputando nuestro pecado a Jesús, Dios lo trató como si Él fuera un pecador, aunque Él nunca lo fue, y lo hizo morir por los pecados de todo el mundo. Es importante entender que el pecado fue imputado a Él, pero Él no lo heredó de Adán debido a que es Dios encarnado. Él sufrió el pago por el pecado, pero Él nunca fue un pecador. Su naturaleza pura y santa no puede pecar. Esto lo hizo para perdonar todos lo pecados que cométemos a cambio de creer en Cristo con fe sincera.

El ser humano comete diversos tipos de pecados pero se pueden clasificar en tres: los pecados contra su prójimo; el homicidio, robo, mentira, ambición, orgullo, entre otros, el pecado contra sí mismo; la fornicación y finalmente el pecado contra Dios; la idolatría.

Es muy importante que el Espíritu Santo guíe tu vida pero para que esto ocurra  necesitas fe sincera en Jesús, y solo entonces no te dejarás llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa. La naturaleza pecaminosa desea hacer el mal, que es precisamente lo contrario de lo que quiere el Espíritu el cual nos da deseos que se oponen a lo que desea la naturaleza pecaminosa. Estas dos fuerzas luchan constantemente entre sí y tu victoria depende de tu Fe, autocontrol y fortaleza.

Cuando sigues los deseos de la naturaleza pecaminosa, los resultados son más que claros: inmoralidad sexual, impureza, pasiones sensuales, idolatría, hechicería, hostilidad, peleas, celos, arrebatos de furia, ambición, egoísmo, orgullo, maledicencia, discordias, divisiones, envidia, borracheras, orgias, fiestas desenfrenadas y otros pecados parecidos.

En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, humildad y control propio.

Los que pertenecen a Cristo Jesús han clavado en la cruz las pasiones y los deseos de la naturaleza pecaminosa y los han crucificado allí.

Entonces puedes comprender que por haber heredado la naturaleza pecaminosa de Adán, cometemos pecados individuales y personales, desde la aparentemente inocente mentirilla, hasta el homicidio. Aquellos que no han puesto su fe en Jesucristo, deben pagar el castigo divino por estos pecados personales. Sin embargo, los creyentes han sido liberados de la condenación eterna en el infierno y  de la muerte espiritual. Ahora podemos elegir si cometer o no pecados personales, porque tenemos el poder de resistir al pecado a través de nuestra fe en Jesús quien nos dió al Espíritu Santo que vive dentro de nosotros, nos guía, cuida, fortalece, ayuda a entender la Palabra de Dios y nos hace sentir muy mal cuando cometemos un pecado. Esto puede sonar a locura para el muerto en espíritu pero es necesario abrir tu mente y comprender que no solo tienes un cuerpo, eres un ser espiritual pero ese espíritu se mantiene muerto por tu falta de comunión con Dios, necesitas un intermediario y el único intermediario es Cristo, solo cuando le abres tu corazón, tu vida espiritual comenzará.

Independientemente de que creas o no,  la realidad espiritual sigue su curso y ocupar tu mente solamente en la materia, escuela, trabajo, familia, dinero, diversiones y placeres te alejará de Dios, entonces en el día de tu muerte te encontraras en un lugar que pudiste haber evitado caer. La decisión más importante de tu vida es muy fácil de hacer; aceptar o rechazar a Cristo, piénsalo muy bien porque esta tendrá consecuencias para toda la eternidad.

Desear creer es el primer paso. Una vez que confesamos nuestros pecados personales a Dios y le pedimos perdón por ellos, somos restaurados a un compañerismo y comunión con Él. Como dice;
 1Juan 1:9 “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” 

Todos somos condenados por nuestros pecados. El único castigo justo por el pecado es la muerte y condenación eterna. Afortunadamente todos los pecados heredados han sido crucificados en la cruz de Jesús, y ahora por la fe en Cristo tenemos redención por su sangre y el perdón de pecados. Puedes acceder a este perdón y salvación en el momento que decides creer sinceramente en Jesús

¿No te das cuenta de lo bondadoso, tolerante y paciente que es Dios contigo? ¿Acaso eso no significa nada para ti? ¿No ves que la bondad de Dios es para guiarte a que te arrepientas y abandones tu pecado?

 Pero si  eres terco y te niegas a arrepentirte y abandonar tu pecado, acumulas un castigo terrible para ti mismo. Dios juzgará a cada uno según lo que haya hecho. Dará vida eterna a los que siguen haciendo el bien pero derramará su ira y enojo sobre los que viven para sí mismos, los que se niegan a obedecer la verdad y, en cambio, viven entregados a la maldad. Habrá aflicción y angustia para todos los que siguen haciendo lo malo.

No permitas que el pecado controle tu manera de vivir no caigas ante los deseos pecaminosos. No dejes que ninguna parte de tu cuerpo se convierta en un instrumento del mal para servir al pecado. En cambio, entrégate completamente a Dios.  Si tú decides creer en  Cristo el pecado ya no será tú  amo y vivirás en la libertad de la gracia de Dios.

¿No te das cuenta de que uno se convierte en esclavo de todo lo que decide obedecer? Uno puede ser esclavo del pecado, lo cual lleva a la muerte, o puede decidir obedecer a Dios, lo cual lleva a una vida recta. Con Cristo eres libre de la esclavitud del pecado y  te haces esclavo de la vida recta.

La naturaleza humana es débil y se deja esclavizar  por la impureza y el desenfreno, lo cual te hunde aún más en el pecado. Cuando eres esclavo del pecado, estas libre de la obligación de hacer lo correcto. 
¿Y cuál es la consecuencia? Que ahora estás avergonzado de las cosas que solías hacer, cosas que terminan en la condenación eterna.

No te dejes engañar: nadie puede burlarse de la justicia de Dios. Siempre se cosecha lo que se siembra. Los que viven solo para satisfacer los deseos de su propia naturaleza pecaminosa cosecharán, de esa naturaleza, destrucción y muerte; pero los que viven para agradar al Espíritu, del Espíritu, cosecharán vida eterna. Así que no nos cansemos de hacer el bien. A su debido tiempo, cosecharemos numerosas bendiciones si no nos damos por vencidos. Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos el bien a todos.

“No hagas mal, y el mal no te alcanzará.
Aléjate del pecado, y él se alejará de ti.
No siembres en surcos de injusticia,
si no quieres cosechar de ella siete veces más.“
 Eclesiastés 7:1










LA GRACIA DE DIOS

Todos hemos recibido algún favor o generosidad por lo menos una vez o más en nuestra vida  de  nuestros familiares, pareja o amistades debido a que nos aman o simplemente porque les hemos ayudado de alguna manera y en gratitud nos ofrecen un presente.

La palabra  gracia proviene del griego "charis", que significa favor, bendición o bondad.  La Gracia de Dios es muy diferente, no hay comparación tiene un significado más especial, único y poderoso. La gracia divina es que Dios nos bendice a pesar de que somos pecadores y merecemos maldición. Esta es su bondad a los indignos. Es así, que por la obra de Jesús en la cruz, si tenemos fe en él, la gracia de Dios entrará en nuestra vida, ¿y cuál es esa bendición divina? la salvación para vida eterna. Como dice Juan 1:17 "Porque la ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad fueron hechas realidad por medio de Jesucristo."

La única manera que cualquiera de nosotros pueda entrar en una relación con Dios, es teniendo fe en Cristo debido a que su sacrificio nos reconcilio con Él. Dios nos mostró su misericordia y parte de su gracia divina en el jardín del Edén, cuando Dios mató un animal para cubrir el pecado de Adán y Eva. Él podría haber matado a los primeros seres humanos en ese momento por su desobediencia, pero en lugar de destruirlos, Él escogió establecer un camino para que ellos estuvieran bien con Dios. Esa misericordia continuó a lo largo del Antiguo Testamento, cuando Dios instituyó sacrificios de animales como una forma para expiar el pecado de los hombres los cuales fueron un reflejo de lo que haría nuestro Señor Jesucristo. No fue la sangre de los sacrificios que limpió a los pecadores; fue la gracia de Dios que perdonó a aquellos que tuvieron fe en Él. Dios es el promotor de la gracia y toda otra gracia fluye de Él. En Efesios 2:8 dice, "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;"

En la misericordia, Dios escogió cancelar nuestra deuda de pecado por medio del sacrificio de su Hijo perfecto en nuestro lugar. Pero Él va aún más lejos que la misericordia y extiende la gracia aún a sus enemigos aquellos que lo rechazan y se burlan, si deciden creer. Él nos ofrece perdón, reconciliación, vida en abundancia, tesoro eterno, su Espíritu Santo y un lugar en el cielo con Él algún día, cuando aceptamos su oferta y depositamos nuestra fe en su sacrificio.Por lo tanto la gracia es el acto misericordioso de Dios por el cual ofrece salvación y vida eterna a todos los pecadores que ponen su fe en Cristo para ser salvos.

 Lo podemos entender mejor en las palabras de Jesús cuando dice en Juan 3:16 "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna."

Leyendo la Biblia podemos entender que la Gracia es el despliegue de Amor, Misericordia y de Perdón de Dios hacia una humanidad que no se lo merecía. Pues Dios ofreció su perdón aún cuando estábamos muertos en delitos y pecados.

El mensaje es claro, Dios ama al ser humano pecador y da un medio de Salvación que es Jesucristo como bien lo dice Tito 2:11 “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres” La gracia de Dios está al alcance de todos.

¿Ahora entiendes claramente que por gracia, Dios te salvó?

“Dios es tan rico en gracia y bondad que compró nuestra libertad con la sangre de su Hijo y perdonó nuestros pecados. Él desbordó su bondad sobre nosotros...¨ Efesios 1:7

¡Padre Amado, me has tomado en tus brazos y me has dado salvación, no has tenido en cuenta mis delitos y pecados, los has echado a tus espaldas, perdonándome y justificándome en ti. Gracias Señor porque solo por tu gracia, como don divino me has dado salvación. Gracias Señor. Amén¡






EL AYUNO Y LA ORACION

Vivimos en un mundo donde todo está al alcance de un click no se requiere de casi ningún esfuerzo para conseguir comida a menos de que vivas en una situación paupérrima pero si tienes internet y estás leyendo esto es más que evidente que no te hace falta comida. Hoy en día negarle alimento al cuerpo cuando este te lo pide no es una práctica común de hecho se le da más comida de la que en realidad necesita ¿entonces porque pensaríamos en el ayuno? 

El ayuno es una práctica espiritual realizada por todos aquellos que quieren concentrarse más en Dios y olvidarse por un momento de su cuerpo, ellos están negándose a sí mismos, algo que es impensable para una sociedad amadora de sí misma que vive en constante vanidad y egocentrismo publicando continuamente lo que tiene, siente o como se ve para ganar la atención en unos cuantos like. 

Ayunar es una disciplina muy beneficiosa no solo para el alma también para el cuerpo. El poder del ayuno fue investigado por científicos de la Universidad del Sur de California, quienes vieron que hacer un descanso de comidas durante tan sólo tres días puede regenerar todo el sistema inmunológico. Dejar sentir hambre al cuerpo impulsa a las células madre en la producción de glóbulos blancos nuevos para que luchen contra las infecciones. Las partes viejas o dañadas del sistema inmunológico se eliminan durante el ayuno, y los estudios han demostrado que ayunar durante 72 horas es suficiente para ayudar a los pacientes de cáncer a protegerse de los efectos secundarios de los tratamientos de quimioterapia. Entre los beneficios más relevantes de hacer ayuno figura la disminución del azúcar en sangre, reducción de la cantidad de colesterol malo y de los depósitos de grasa en el hígado por lo que hay menos riesgo de desarrollar hígado graso. También se reduce la liberación de sustancias que propician la inflamación en el cuerpo. El ayuno favorece la regeneración de las células del sistema inmune y reduce los niveles del factor de crecimiento insulínico tipo 1 relacionado con el envejecimiento, el avance de los tumores y el riesgo de cáncer. 

Con todos estos grandes beneficios para nuestro cuerpo puedes pensar en hacer uno pero si esto hace en tu organismo imagina lo que puede hacer por tu alma. El ayuno nos ayuda a fortalecer nuestro espíritu y a acercarnos más a Dios ya que nos ofrece la oportunidad de negar algo a nuestro cuerpo y a escoger voluntariamente dar prioridad a algo espiritual, nuestra relación con Dios.

El significado básico de la palabra ayuno es la abstención completa o parcial de comida y bebida por un período de tiempo. Quiere decir que cuando decidimos ayunar por un tiempo específico, se sobrentiende que dejaremos de comer o beber completa o parcialmente. Puede ser un ayuno intermitente de 15 horas apoyándonos solo con agua ó ayunos de 24hrs sin ningún tipo de bebida o comida. Se puede realizar una vez por semana hasta hacerlo un hábito común, empezando primero con ayunos intermitentes constantes es decir cenar a las 7 de la noche y no ingerir nada hasta las 12 del día. Ese tiempo en el que no recibimos ningún tipo de alimento solamente agua, nos da mas concentración es entonces cuando podemos acercarnos a Dios para conocerlo un poco mas leyendo la Biblia o escuchando estudios bíblicos sin ningún tipo de distracción, así notaras como cada día tu entendimiento de la Palabra crece más y tu relación con Dios se fortalece. 

El motivo principal del ayuno debe ser acercarnos a Dios, mostrarle nuestro amor, obediencia y sumisión. No debemos marcar un día de ayuno por motivos egoístas o para conseguir algo que deseamos que Dios nos conceda a cambio. Examinemos nuestro corazón y entendamos bien qué nos motiva a ayunar. Dios conoce nuestros corazones, él sabe si lo hacemos por motivos egoístas o si realmente ayunamos como ofrenda a él con el deseo de experimentar su presencia de una forma especial. El ayuno debe ser un acto de humildad y sacrificio ante Dios, un gesto que expresa lo mucho que le necesitamos a él en nuestras vidas. 

El ayuno también se expresa como lo dijo Isaías 58:6-9¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano? Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí." 

Sin duda privarnos de algunas cosas para compartir con los demás también es un ayuno, una forma de mostrar amor y compasión por el prójimo es gratitud a Dios por todo lo que nos ha dado, es un ayuno de nuestra propia maldad al mostrar bondad. 

Ayunar es una elección libre y personal no es motivo para presumir como lo dijo Jesús en Mateo 6:16-18 "Cuando ayunen, no pongan cara triste como hacen los hipócritas, que demudan sus rostros para mostrar que están ayunando. Les aseguro que estos ya han obtenido toda su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara para que no sea evidente ante los demás que estás ayunando, sino solo ante tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará." 

Jesús había ayunado 40 días y 40 noches antes de comenzar su ministerio pero él no exigía a sus discípulos que ayunaran. Jesús explica que mientras él estaba vivo, no era el momento de ayunar o estar de luto. Ese momento llegaría y entonces sí ayunarían. Sin embargo el ayuno no es una imposición, gracias al sacrificio de Cristo en la cruz por medio de nuestra fe en Él somos perdonados de nuestros pecados, justos y limpios, el ayuno ahora es una libre decisión para fortalecer nuestro espíritu. El ayuno, y todo lo que se hacía por obligación bajo la ley, pasa a ser hecho por amor y agradecimiento al Padre, mostrando nuestro anhelo de disfrutar de su presencia y su cercanía. Pero si decides ayunar es un hábito que fortalecerá tu vida espiritual y tiene que ir acompañado de la oración. 

Nuestras oraciones se convierten en más poderosas cuando se combina con el ayuno debido a que el ayuno realza la sinceridad de estas, además cuando oramos y ayunamos, nos apartamos de las cosas del mundo y reconocemos nuestra dependencia del Señor. De este modo, predisponemos nuestros corazones para aprender y aceptar la voluntad de Dios para nosotros. Las oraciones con ayuno son muy eficaces con cierto tipo de demonios recordemos lo que dice Mateo 17:14:21 "El Señor desechó el demonio, el cual salió del muchacho de inmediato; entonces los discípulos vinieron a Jesús y le preguntaron: “¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?” Jesús les respondió que era debido a su poca fe, y luego agregó: “Pero este género no sale sino con oración y ayuno” 
Mediante la oración y ayuno podemos ser bendecidos físicamente; además, aumentará nuestra fe y poder espiritual. Dicho poder se necesita para lograr éxito en nuestras labores y para fortalecernos a nosotros mismos y a los demás. 

La oración es la forma en que te comunicas con Dios, donde le agradeces por todo lo que te ha dado, le platicas lo que sientes, haces y piensas, es una confesión de tus pecados y también es la forma en la que pides su ayuda para cualquier asunto no importa lo grande o pequeño Dios está interesado en toda nuestra vida. La oración también es un refugio consolador para pedir consejo y protección tanto para uno mismo como para todos aquellos seres vivos por los cuales pedimos. Orar no es repetir frases vacías, orar no es rezar letanías católicas, orar no es pronunciar grandes párrafos de oraciones ya hechas como recetas de cocina. Orar es arrodillarse con un corazón humilde y sincero dispuesto a entregarse a Dios creyendo completamente que te escucha y reconforta. Es importante entender que Dios contesta todas las oraciones pero su respuesta no siempre es inmediata motivo por el cual debemos ser pacientes, Él contesta con un sí, con un no ó espera un poco más, sea cual sea su respuesta siempre será la correcta justo lo que necesitas. 

Dios te aconsejara atreves de la Biblia es por ello que debes leer diariamente después de hacer oración para que se abra tu entendimiento y logres captar lo que Dios te quiere decir. 

Orar es una forma de vida y esto es un habito que debe hacerse siempre, antes de dormir y al levantarse aun durante todo el día, recuerda es la forma en que tú te comunicas con Dios así expresas y agradeces todo lo que tienes y sientes, como lo dice en Efesios 6:18 "orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos" 

Oramos para demostrar nuestra fe en Dios, porque disfrutamos hacerlo, sabemos y sentimos que nos está escuchando, creemos que Él hará conforme a lo que ha prometido en Su Palabra, y bendecirá nuestras vidas abundantemente, más de lo que pedimos o entendemos. La oración es nuestro principal medio para ver la obra de Dios en nuestra vida y la de otros, cuando oramos de forma habitual es maravilloso ver como hace realidad lo que le hemos pedido y aun más de lo que imaginamos, entonces una gratitud indescriptible se forma en nuestros corazones porque nos ha escuchado. Orar para pedir sabiduría, paciencia, perdón, humildad, entendimiento, inteligencia, etc. es decir para pedir virtudes para nosotros mismos y los demás es fundamental para tener un cambio espiritual y también para ayudar a otros, es sin duda una de las oraciones más hermosas cuando pedimos por el beneficio de alguien mas ya sea por su salud o valores, es una forma de ayudar a otros. 

La oración es el medio por el que nos conectamos al poder de Dios, es nuestro medio para defendernos de Satanás y su ejército ante quien estamos indefensos para derrotarlo por nosotros mismos. Tenemos su promesa de que la oración ferviente del hombre justo puede lograr mucho como lo explica Santiago 5:15-18 "Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiera cometido pecados, le serán perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho." 

Sin embargo la única forma para que Dios escuche tus oraciones es creer de verdad y sinceramente en Cristo Jesús porque Dios no escucha las oraciones de los pecadores y esos son los que no han aceptado el sacrificio de Cristo en la cruz, esos pecadores no han sido perdonados porque han rechazado a Jesús. Como lo explica Juan 9:31 "Sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguien teme a Dios y hace su voluntad, a éste oye." 

La oración que Dios oye es la que pide por virtud, todo lo bueno y justo, todo aquello que honra su buen nombre y bondad, si haces oración solo por beneficios materiales no serás escuchado Dios no es un genio de la lámpara que concede deseos a tu antojo, la oración tiene una función agradecer, fortalecer tu espíritu, protegerte y formar una relación estrecha con él. No son las palabras en la oración lo que importan, sino el propósito detrás de la oración. El orar por cosas que están de acuerdo con la voluntad de Dios es la esencia de orar en el nombre de Jesús. Si lo que pediste o dijiste en oración no era para la gloria de Dios y de acuerdo a Su voluntad tu oración no será contestada con un sí. Como dice 1 Juan 5:15-16 “Y esta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho” 

Debes entender que pedir paz mundial, curar todas las enfermedades del mundo, eliminar el mal de la tierra, revivir a los muertos, eliminar la contaminación son cosas que Dios cumplirá en el final de los tiempos cuando el Apocalipsis se termine y Dios haga una nueva tierra y nos trasforme a todos sus creyentes en Cristo. Todo el sufrimiento, maldad, contaminación y enfermedad son a causa del pecado todos aquellos que sufren es por las consecuencias de sus pecados y la única cura es creer en Cristo Jesús el Salvador del mundo. Por lo tanto es la oración con fe en Cristo el arma más poderosa para defenderte contra el mal, la herramienta más eficaz en tu vida diaria y el medio más importante para ayudar y ayudarte a crecer espiritualmente. 

A lo largo del día, la oración debe ser nuestra primera respuesta ante cada situación difícil, alegre o atemorizante. La falta de oración nos hará depender de nosotros mismos en vez de depender de la gracia de Dios. La oración continua es una comunicación constante amorosa, agradecida, anhelante y respetuosa con Dios. En cualquier hora del día intenta platicar con Él en tu mente, con un corazón humilde entonces tu vida comenzara a cambiar. Acepta a Cristo en tu vida, cree en el perdón de los pecados por su sacrificio en la cruz, camina de la mano de Jesús y recibe la paz que nadie te podrá dar jamás.