Primero tendríamos que definir el como entendemos a Dios, o el concepto de Dios. Para algunos la idea de Dios es difusa, como si fuese una presencia o energía, constantemente presente en la vida y la realidad, pero a la vez distante de sus creaturas. Otros tantos lo conciben como el Creador, pero que se ha desentendido de su creación. Algunos mas creen que Dios es una simple fantasía o un invento del hombre que le motiva y da esperanzas porque no pueden con su realidad y se inventan otra donde puedan creer en la justicia y la esperanza. Finalmente están los que creen en Dios pero tienen diferentes conceptos sobre la personalidad de Dios, ubicándolo en distintas formas.
En realidad la sola concepción de si existe un Dios o no, separa radicalmente el pensamiento de las personas. Los que no creen en la existencia de Dios generalmente tienden a creer en la evolución, son seguidores fervientes del materialismo, las tendencias del mundo, y los temas espirituales les parecen locuras, o solamente un producto para el consumo. Para la mayoría de las personas el cuestionarse sobre que o quien es Dios es un proceso que prefieren pasar por alto, pues las preocupaciones del cotidiano día a día ocupan y consumen todo el tiempo disponible, aderezándolo con estrés y deseos de descanso, éxito, posesiones, viajes, diversiones y placeres, por ello es difícil el reflexionar sobre aquello que está por encima del tiempo y espacio, lo que nos da vida y significado en la muerte.
Pero para el creyente el Creador se concibe de otra manera. Dios es eterno, siempre ha existido, no tiene un creador, una causa u origen, porque ÉL es la causa y el origen de todo, Dios es el Creador absoluto de todo lo que existe. Él es la fuente de toda la creación, es como si preguntaras porque un circulo no es un cuadrado, o porque un triangulo no es un circulo, simplemente lo aceptas porque sabes que es así, Dios es el ORIGEN de TODA la creación. Dios es la primera causa no causada. Dios es la causa de que todo exista y sin ÉL nada existiría. Esto podría considerarse un dogma de fe, y quizá lo sea, pero es similar a pensar en una extensión casi infinita de un universo en constante expansión, asi como hablar de distancias imposibles para el parámetro de un humano material y mortal, o el creer en cantidades como “millones de años” para expresarse de los cuerpos celestes o la misma tierra, cuando un humano no supera siquiera los 100 años de existencia material, y sucesos ocurridos en el tiempo pueden ser olvidados por un par de generaciones. Esos conceptos, imposibles para la comprobación practica, más allá de cálculos matemáticos y ejercicios de la imaginación, también se considerarían dogmas de fe.
Dios no está en la categoría de las cosas que son creadas, o llegan a existir, o son causadas. Dios no tiene causa ni procedencia de creación, Él simplemente existe porque es eterno, Él mismo es la creación.
¿Cómo podríamos sabemos esto? Bien, sabemos que de la nada, nada procede. Así que, si alguna vez hubo un tiempo en que no existía absolutamente nada, entonces nada hubiera podido existir. Pero las cosas existen, por lo tanto, puesto que nunca pudo haber absolutamente nada, algo tuvo que haber existido siempre. Ese Espíritu que ha existido siempre es a quien llamamos Dios. Eso si utilizamos cierta lógica.
Dios es el creador del universo, el Supremo, el Superior, el Santo, el Puro, el Justo, el Misericordioso, el Señor de los Espíritus. Dios es Omnipresente, está en todo lugar, Omnisciente, lo sabe todo, Omnipotente, posee todo el poder. Dios es amor infinito pero también es fuego abrasador que ejerce justicia perfecta.
Existen dos opciones para entender lo que ha existido siempre; el universo material o un Dios eterno y espiritual, que existe separadamente del universo material. El cosmólogo cuántico, Alexander Vilenkin, cree que la ciencia inequívocamente muestra que el universo tiene que haber tenido un comienzo en el big bang, dejando eso sólo otra opción, Dios. Ya que algo tuvo que ser eternamente omnipresente, no auto-causado, y el universo mismo no califica, la única conclusión lógica que nos queda es que un Dios espiritual, autosuficiente, que existe y ha existido eternamente.
Dios existe fuera del tiempo, es quien contiene al mismo. Por lo tanto, Dios no tuvo ninguna necesidad de ser creado, pero, de hecho, creó la dimensión del tiempo en nuestro universo expresamente por una razón, de modo que la causa y el efecto existieran para nosotros. Sin embargo, ya que Dios creó el tiempo, la causa y el efecto nunca se aplicarían a Su existencia. De ahí, Dios es eterno, habiendo nunca sido creado.
Dios no fue creado; es eterno. Si no, ¡no fuese Dios! Nunca hubo un momento que Dios no existiese, ni llegará el momento en el cual Él terminará. Como Dios siempre ha existido, no necesita una causa que explique su existencia. La definición dice que “todo lo que comienza a existir requiere una causa,” no dice “todo lo que ya existe requiere una causa”. En este punto, la pregunta de “¿Quién creó a Dios?” es sin sentido. Es fácil hacer ese tipo de cuestiones, cuando en realidad no te importa la respuesta.
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