sábado, 19 de septiembre de 2020

LA MALDICION DE LA HUMANIDAD

“… Y al hombre dijo: por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mande diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida...” Génesis 3:17 


¿Es que acaso estamos malditos? Viviendo una rutina sin sentido, sedientos de cariño, atención y rumbo. Donde la búsqueda de poder y dinero parece el rumbo lógico. Sin dinero no eres merecedor de una familia o una casa, si no eres productivo para lo sociedad, no mereces el beneficio de la sociedad. Tienes que acceder a ello mediante el esfuerzo académico, un competitivo empleo y una familia que te favorezca. Si no es así, todo sera aun mas cuesta arriba. Puedes acceder a los beneficios sin esfuerzo intelectual, sino a través del cuerpo, mediante la lujuria, seducción y ejercicio. Los aparentemente muy variados caminos del mundo parecen ser muy esquemáticos. 


Sufrimos entonces de la maldición del sin sentido? De un universo inmenso e indiferente que se expande displicente? O, somos la triste victima de un mundo sumido en las mentiras y una guerra insaciable? La ignorancia es una calamidad, o un regalo? Si tan solo un camino en la tierra fuera claro, como la búsqueda de un gran enemigo que puede ser derrotado con perseverancia, significando así una victoria tangible para la vida. Pero en su lugar están los tesoros mundanos que nos acercan al llamado éxito, o utilidad para el mundo. El logro académico que te abre puertas económicas internacionales, el comercio que te promete prosperidad, el cuidado físico que te garantizara el cortejo y placeres carnales. Los pequeños gran estandartes de una vida funcional, libre de la esclavitud de la pobreza, al menos económica. 


Melancólica es la realidad, cuando uno se detiene a reflexionar, separándose temporalmente del flujo poderoso de la vida cotidiana. No hay tiempo para sentir, reflexionar, meditar, cuando hay tantas preocupaciones por el dinero, estudio, relaciones y salud. Estamos vencidos entonces? De ninguna manera, pues aun muy a pesar de la cultura secular que nos gobierna, somos seres espirituales, ademas de carne y mente. Ahí estriba la esperanza, y el llamado de la libertad, que le da sentido a la existencia. 


Aunque no es un camino libre de peligros, sino todo lo contrario. Lleno de trampas sera el sendero para encontrar la salvación, en la mente, las emociones y la cotidianidad. Mil seducciones se presentaran antes de dejarnos libres de este sistema. El peligro es de muerte incluso, cuando mas te acerca a la verdad que tanto ambicionamos saber. Existe siquiera algo llamado verdad? Esa pregunta nos atormenta, así como si esta es la única realidad, o si somos la única forma de vida inteligente en la inmensidad de ese caótico universo. Donde no hay certezas, se presentara la fe, no como una respuesta inferior a una necesidad de explicación, sino como un instinto natural de nuestra naturaleza espiritual, que intuye la complejidad de la existencia. 


Al final, en el camino que se aleja del mundo, pero que lo atraviesa, solo hay dos opciones, y se debe de elegir. Frío o caliente, luz u oscuridad, Jesús de Nazareth o Lucifer, el Creador o el caos. De esa sencilla y decisiva decisión se derivara nuestro devenir futuro. Ya sea para salvación, en la obra del Mesías, o para guerra, en la obra del llamado Arquitecto del mundo. Como llegar a ese momento y decisión? Eso es completamente individual y único, siendo ese el regalo del libre albedrío y voluntad. 


Nosotros hemos elegido al Mesías Jesus, Yahshua, con todo lo que eso implica, y estamos en la disposición de ayudar a quien este en este camino, este confundido, indeciso, o incrédulo. Como un apoyo en el camino, agua fresca para el viajero, así como un consejo. Porque nos necesitamos apoyar los unos a los otros, aun cuando no nos veamos en persona, utilizando las cosas que nos puedan hacer coincidir, aunque parezcan mundanas, inmaduras, o incluso oscuras. El camino de la redención es para quienes han cometido muchos errores, pero aun tienen el deseo de encontrar el sentido. 


“… por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús...” 

Romanos 3:23-24




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